Asociación contra la exclusión jurídica Edip Rei (Edipo Rey) MIRACLE
urgent: 1 polític HONEST Mapa
temático (tabla).
Mapa
antiguo. Asociaciones afines Antígona.org:
web por la igualdad ante la ley: http://antigona.org.
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¿Alguien* puede creer que somos un "Estado de derecho"? *Informado, pero no ciego de mente. ¿Alguien con dos dedos de frente puede creer que somos un "Estado de derecho"? Para razonar una respuesta, deberíamos antes difinir qué entendemos por "Estado de derecho". El Estado de Derecho es aquel en donde sus autoridades rigen sometidas a un derecho vigente. Sólo con esta definición elemental tenemos suficiente para ver claramente que no somos un "Estado de derecho", pues nuestras autoridades no creen que deban respetar ciertos derechos fundamentales de ciertos ciudadanos. También es cierto que prácticamente nadie es partidario/a de que estos derechos se respeten. Es lógico, pues nuestras autoridades se rigen por la obtención de un máximo de votos, por lo que difícilmente violarían unos derechos si esta violación no fuera popular, electoralmente provechosa. Recíprocamente, no respetarán unos derechos si creen que ello les haría perder votos. Pero que la violación de unos derechos sea electoralmente provechosa e, incluso, cuente con la aceptación de todas las fuerzas políticas y de prácticamente todos los ciudadanos no significa que no sea violación. Si esta conformidad general en la violación de los derechos justificara la violación, no deberían haber sido condenados ni los jerarcas nazis ni los jueces que cedieron ante la presión social de las masas y excluyeron a los judíos del "Estado de derecho" (concepto que, para más "inri", es originariamente alemán, Rechtsstaat). Un ciudadano del III Reich, pero racional,
coherente, no hubiera tenido al Reich como un "Estado
de derecho" (Rechtsstaat), tal y como se le
tenía entonces, por muy nazi que hubiera sido este
ciudadano coherente. Claro, si nos consideramos "Estados de derecho", no somos racionales, ni coherentes. Nos engañamos a nosotros mismos. No pensamos en ello hasta que la violación de nuestros derechos nos muerde despiadadamente. Pero, en general, no nos preocupa dejarnos engañar, ni engañarnos a nosotros mismos. No pensamos. Por esto no nos preocupamos. ¡Ay,
Ay! ¡Cuán doloroso es saber cuando saber no aporta
nada al que sabe! Sófocles,
Edipo Rey |
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Estados autogenocidas de derecho-ficción ¿Quienes son estos colectivos en los que no pensamos y cuyos derechos son violados? Tenga en cuenta el lector que, al enterarse, su reacción emocional será parecida (probablemente) a la de un ciudadano alemán bajo el nazismo ante el intento de denunciar la violación de los derechos de los judíos. ¿Sorpresa? ¿Indignación? O, simplemente desinterés, escepticismo, asqueo: "no lo entiendo...". Observe el lector la gráfica de la derecha, que es la oficial de mortalidades de los jóvenes en los años 1980, 85 y 90, separadas por sexos. En ambos sexos las mortalidades alcanzan un mínimo hacia los 10 años de edad, y se mantienen muy semejantes hasta los 13-14 años. A partir de ahí, la mortalidad de las chicas sube de una manera lenta y regular, más rápidamente a medida que la edad avanza. Pero, a partir de los 15-16 años, la mortalidad de los chicos sufre un escalón bastante abrupto que no presenta la de las chicas, de tal manera que, a los 20 años, ya su mortalidad era bastante más del doble que la de las chicas a la misma edad. Pero esto era hasta el año 1985. Porque en el año 1990, este escalón de la mortalidad de los chicos casi se había duplicado. ¿Es esta realidad compatible con el dogma oficial de que son las chicas y las mujeres las únicas que tienen problemas a causa de su sexo para salir adelante en la vida, las únicas que son "olvidadas", discriminadas, etc.? Estas gráficas más bien dicen todo lo contrario, pero a nadie preocupa. No es compatible desde el momento en que nadie se preocupa de estas diferencias de mortalidades, que acumulan, con los años, millones de muertos de diferencia. Pensemos, por ejemplo, que en España hay unos 2 millones de viudas y sólo 0,2 millones de viudos, y que la mayor parte de esta diferencia se debe a la diferente tasa de mortalidad. (Ver "Muertes" => "Ignoradas" en el Mapa temático) Tampoco es compatible el dogma oficial con el hecho de que se desprecie la mayor inadaptación de los niños en la escuela, su mayor fracaso escolar, etc. Hasta el punto de poder secuestrar sin caer en responsabilidad ninguna las investigaciones que detectan esta realidad, despidiendo a los equipos de investigación enteros, violando la ley de educación que ordena corregir las diferencias detectadas, etc. SIN QUE PRÁCTICAMENTE NADIE PROTESTE. El "Estado de derecho" se basa en la publicidad de las violaciones del derecho que se puedan producir. Si esta publicidad no se produce, los derechos se pueden seguir violando sin medida, por lo que no existen garantías del "Estado de derecho". Y esto es mucho más cierto en el caso de que las víctimas sean menores bajo la "responsabilidad" de la administración... |
La mayor mortalidad de los varones tiene,
evidentemente, |
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Si los que tienen el poder son varones, ¿Cómo es que el rey Herodes mandó matar a todos los niños varones menores de 2 años? Y el padre de Edipo, Layo (Layo=zurdo), ¿hubiera procurado matarle en el caso de ser una niña? Los varones son competidores de los demás varones. Los niños varones son futuros competidores de los varones adultos. Compiten por el poder y por las mujeres. Entre los niños varones estaba, según la profecía, un futuro rey. Por esta razón Herodes los mató a todos. Y, también según la profecía, el hijo varón de Layo lo mataría y lo desplazaría del trono y del lecho de su mujer, Yocasta. Por esto procuró matarlo. Estas historias, verídicas o no, representan la competencia, y hasta la rivalidad y los celos entre varones, incluso entre los adultos en el poder y los niños y jóvenes. Según los varones en el poder actuales, ni los niños ni los jóvenes varones necesitan que se respeten sus derechos: "no les pasa nada, no los necesitan, sólo están necesitadas de protección las mujeres, etc. ". Fingen hacer un gran esfuerzo para no pensar
sólo en los varones, para pensar también en las
mujeres. Pero las mujeres son lo que más les
interesa y los demás varones son un estorbo. Por
esta razón, procuran destruirlos en masa ya desde la
infancia, saboteando su educación y dando una información
tendenciosa que oculta sus intereses. El respeto de los derechos de niños y jóvenes pondría unos límites a esta lucha contra los competidores, igual que el derecho a la vida hubiera puesto límites a los deseos de Herodes y de Layo. Por esta razón, nuestros actuales dirigentes rompen los límites del Estado de derecho, de la ley, para perjudicar a sus cometidores. Pero, con ello, no sólo producen millones de muertos entre los jóvenes varones, sino que rompen las mismas garantías del Estado de derecho, al esclavizar el poder judicial, puesto al servicio de sus fines criminales. Estos fenómenos se presentan más abruptamente y son más acusados en los Estados que han salido de otro tipo de regímenes para incorporarse a las democracias sin responsables del respeto por el derecho, como son los casos de España y Rusia. |
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Discrimanación tradicional de los varones Los varones también han sido discriminados tradicionalmente. Y estas discriminaciones han tendido a procurar su muerte evitando la de las mujeres. Eran educados en la obligación de ser valientes, e, incluso, del desprecio por su propia vida. Ello facilitaba enviarlos a la guerra y que estuvieran dispuestos a realizar trabajos peligrosos. Aún hoy los hombres tienen un 3000% más de accidentes laborales mortales que las mujeres. Pero esta discriminación tradicional de los varones era legal, pues la discriminación por razón de sexo estaba permitida legalmente (no estaba prohibida). Y no sólo era legal, sino que, como hemos dicho, se trataba de que los hombres murieran en lugar de las mujeres, como sucedía en los naufragios: para los hombres hubiera sido una vergüenza salvarse ellos y dejar que las mujeres se ahogaran. Para las mujeres, no era vergüenza ninguna que ocurriera lo contrario, pues sus vidas eran las más importantes y era su derecho salvarse en primer lugar. Esta es una discriminación de los
varones ahora olvidadada completamente. Era una discriminación,
pero útil (pues evitaba que murieran mujeres) y honrosa
para los varones (pues facilitaba su sacrificio útil para
las mujeres y para la sociedad). |
La
inscripción dice: |
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Discriminación mortal de mujeres ¿Exite también, tradicionalmente, la anulación o destrucción de mujeres por rivalidad con otras mujeres? Sí que existe, y ha quedado fuertemente
reflejada en los cuentos infantiles tradicionales, como la
"Cenicienta", "Blancanieves", "La mujer
sin manos", etc. La diferencia es que la competencia entre mujeres se circunscribe al ámbito doméstico, mientras que la competencia entre varones pasa más al ámbito público y político, y tradicionalmente se concreta en que los varones tengan que ir a la guerra y hacer todo lo que sea físicamente peligroso. Si las mujeres hubieran ocupado el poder político, seguramente no hubiera sucedido lo mismo. De hecho, los romanos se sorprendieron al encontrarse con mujeres guerreras en la Península Ibérica. Para los romanos era inconcebible: pero, seguramente, era consecuencia de un cierto poder matriarcal. |
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Las opiniones expuestas en este web son las de parte o de la
totalidad de la asociación contra la exclusión
jurídica Edi Rei. Los documentos que se adjuntan son citas
y datos que tienen la finalidad de apoyar o hacer evidente lo que
se explica. La idea común de la asociación Edip Rei es que los poderes públicos deberían respetar todos los derechos de todos los ciudadanos, sin hacer exclusiones. Por esta razón, nos autodenominamos "contra la exclusión jurídica". Este principio de no exclusión jurídica coincide con el de igualdad ante la ley, que también llamamos "Principio de Antígona", pues hoy en día todo el mundo se dice partidario de la igualdad, pero nadie acepta la igualdad ante la ley, pues se considera que hay excepciones "obvias". Edip Rei, por el contrario, considera que estas excepciones ni son obvias, ni deben existir. Llamaremos, pues, "Principio de Antígona" al principio de igualdad ante la ley, pero de verdad, sin excepciones, y no como lo entienden actualmente los poderes públicos. |
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